DISEÑO INTELIGENTE

Ventajas

Para los mayores

¡Que alivio no tener que dar de comer a los niños tantas veces al día..!

Sólo con enseñarles a usar los cubiertos, lograremos que ellos disfruten comiendo.

Mientras les vemos comer tendremos más tiempo para otras cosas o para comer nosotros.

Estoy feliz sabiendo que este aprendizaje es beneficioso y que están desarrollándose mejor.

Para los niños

A mi hermana le encanta comer sola y a mí también ¡sin que nadie nos dé de comer!

Mamá, papá y todos van demasiado deprisa.., o demasiado despacio.. y a veces se ponen nerviosos si no comemos como ellos quieren.

Es divertido aprender cosas y hacerlas nosotros ¡para hacernos mayores pronto!

Beneficios

1. Incrementa la capacidad cognitiva de los niños

Los estudios publicados sobre psicomotricidad, que conocereis, afirman que cualquier actividad en la que se usen las dos manos simultáneamente, incrementa la capacidad cognitiva de los niños.

Y así es como se utilizan estos cubiertos, ya que uno sirve para poner la comida en el otro, coordinando los movimientos de las dos manos.

En cambio, con los cubiertos tradicionales, solo usarán una mano -hasta que utilicen el cuchillo ¡mucho más tarde!-  desaprovechando las habilidades que podrían incrementar.

 

2. Adelanto en su desarrollo

Muchos niños consiguen, no solo usarlos, sino aprender a comer con estos cubiertos, desarrollando su capacidad cerebral aún más pronto, y logrando comer muchísimo mejor cuando utilizan los cubiertos convencionales.

Mientras les «ayudemos» a comer, impedimos que desarrollen estas habilidades manuales y cognitivas, retrasándolas al momento en que ya coman sin ayuda.

3. Incremento de su autoestima e independencia

Lo que los niños consiguen sin ayuda reafirma su seguridad, porque les demuestra que son capaces de nuevos logros, y fomenta su disposición para ser más activos.

Al tener la atención puesta en los cubiertos, se concentran en comer, sin presión exterior y permite que coman mejor por sí mismos.

Nuestra Historia

 Nuestra historia comenzó entre estas dos españolas:

A la primera, de niña, le habían regalado estos cubiertos -en plata- que un joyero de su ciudad hacía a mano. Y con ellos consiguió aprender a comer, igual que luego su hija, para asombro de la guardería en la que solo ella era capaz de comer sola.

De ahí surgió la idea de que su reproducción en plástico haría posible que muchos mas niños consiguieran comer por libre.

La segunda puso en marcha el proyecto: registró la marca, comprobó que cumplían con la normativa  Europea sobre seguridad y se ocupó de que la producción fuera íntegramente española para garantizar la calidad del plástico alimentario.

Ambas estaban convencidas de que estos inteligentes cubiertos liberan a niños y padres de su dependencia a la hora de las comidas. 

Su propósito fue el de introducirlos para divulgar su utilidad y que, tras ellas, se sigan poniendo al alcance del mayor número de personas posible.  

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